Existen numerosos aparatos removibles de ortodoncia con multitud de usos e indicaciones, los más conocidos suelen ser unas placas con la forma del paladar que incorporan un tornillo al cual se le va dando vueltas para ensanchar el aparato y por lo tanto la boca.

En la mayoría de los casos se debe terminar el caso con ortodoncia fija ya que este tipo de aparatos removibles tienen un menor control y calidad de los movimientos dentales y por ello se deben usar para interceptar algún problema en niños aún con dientes de leche en una primera fase de tratamiento, en problemas de crecimiento desfavorable de la mandíbula, para complementar a la ortodoncia fija, o como contención al final del tratamiento.