La ortodoncia es la rama de la odontología que trata las maloclusiones o malas mordidas que se dan cuando los dientes superiores no encajan correctamente con los inferiores y cuyo tratamiento es realizado por el Ortodoncista, que es un dentista que tras terminar la carrera realiza un Máster de tres años a tiempo completo para especializarse en ortodoncia y que solo realiza tratamientos de ortodoncia en su clínica, excluyendo de su práctica profesional cualquier otro tratamiento odontológico, para centrar toda su actividad en poder dar un diagnóstico y tratamiento de excelencia en ortodoncia.

Las maloclusiones pueden provocar
el desgaste innecesario de dientes, causar dolor de cabeza en la
articulación de la boca (ATM) delante de los oídos, y dificultar la fonación, deglución y masticación. Asimismo impide una higiene correcta pudiendo ser causa de caries, enfermedades de las encías, perdida de dientes y mal aliento. También empeora el aspecto estético facial, sobre todo a la sonrisa, lo que puede afectar a la autoestima y a las relaciones sociales.

Se debe acudir al ortodoncista por primera vez cuando salen los primeros dientes definitivos que suele ser a los 6 o 7 años para una primera valoración, aquí el ortodoncista indicará a los padres que edad será la ideal para comenzar el tratamiento si el paciente lo necesitase. Es muy importante acudir a esta edad para descartar y prevenir problemas de crecimiento dental y facial que podrían necesitar un tratamiento temprano con objeto de evitar un tratamiento más complejo o imposible a una edad más tardía.

Por este motivo la edad ideal para iniciar el tratamiento depende de cual sea el tipo de maloclusión del paciente. Algunas deben ser tratadas antes de que salgan todos los dientes definitivos en la boca. Es un error muy frecuente y fatal la creencia de que hay que esperar en todos los casos a que el paciente tenga 12 años y todos los dientes para iniciar el tratamiento. En casos leves si se puede demorar el tratamiento hasta los 12 años.

Es fundamental la prevención en estas maloclusiones en las que existen alteraciones del crecimiento de los huesos de la cara y que si no se tratan en edades tempranas, cuando el paciente esta aún en crecimiento, pueden agravarse y necesitar extracciones o cirugía maxilofacial en edad adulta para corregirlo complicando el tratamiento:
• Las mandíbulas grandes o clase III (dientes inferiores por delante de los superiores) que deben tratarse entre los 6 y 9 años de edad.
• Las mandíbulas pequeñas o clase II (dientes superiores muy adelantados) se tratan entre los 9 y 12 años para evitar también la fractura o pérdida de los incisivos por caídas.
• Los paladares estrechos o mordidas cruzadas necesitan tratamiento urgente tras diagnosticarse. Los aparatos usados para estas edades tempranas enfocados a dirigir el crecimiento de la mandíbula y el maxilar se conocen como ortopédicos.
• Mordidas abiertas (los dientes superiores no cubren a los inferiores) y hábitos tales como deglución infantil (tragar metiendo la lengua entre los dientes), chuparse el dedo, morderse labio inferior y respirar solo por la boca deben tratarse en conjunto con otros especialistas como
son logopedas, psicólogos, torrinolaringólogos, pediatras, etc.
• Falta de espacio grave con gran apiñamiento para prevenir la impactación de dientes (dientes que no erupcionan por falta de espacio como sucede frecuentemente con los colmillos).

Por todo lo expuesto lo ideal es ver al niño por primera vez a los 6-7 años y vigilar año tras año el crecimiento facial y recambio de dientes de leche por definitivos para poder diagnosticar una deformidad importante para corregirla a tiempo y fácilmente.

Categorías: Articulos