Que nuestros niños y niñas adquieran el hábito de cepillarse los dientes después de cada comida no es tarea fácil para los padres. Es una batalla en muchos hogares que se libra cada día y que en ocasiones nos saca de nuestras casillas. Pero… ¿Qué puedo hacer para que mi hijo se lave los dientes de forma habitual sin gritos ni enfados?

El rosa o el azul no engañan.

Hay productos que nos pueden ayudar a concienciar y hacer ver a nuestros niños de lo que está pasando en su boca. El “revelador de placa” es uno de ellos. Se trata de un enjuague bucal de color rosa o azul que se aplica después del cepillado y que impregna de esos colores la parte de los dientes que no han sido correctamente cepilladas. Con esta prueba el niño puede ver que después de cepillarse y enjuagarse los dientes su boca puede ser un mar de color rosa, por lo tanto no lo habría hecho nada bien y debería esforzarse más.

Dale importancia convirtiéndolo en un regalo.

Las marcas comerciales pueden ser grandes aliadas en nuestro empeño de cuidar la sonrisa de nuestros niños. Hay cepillos y pastas de dientes con los héroes o protagonistas infantiles del momento. Convertir un kit de higiene bucal, con los personajes que más les gustan, puede ser una gran idea y también un gran regalo. Elevarlo a categoría de regalo, al igual que se hace con una colonia, envuelto en papel bonito y un gran lazo, nos puede ayudar a que tomen conciencia de la importancia de cuidarse la boca. Cada vez está más de moda regalar un cepillo dental eléctrico o un irrigador. Dos piezas claves y muy efectivas que facilitan la limpieza de los dientes de nuestros niños.

Al Ratoncito Pérez no le gustan los dientes con caries.

El saber no ocupa lugar. Así que al igual que enseñamos a nuestros hijos a que no se cruza la calle sin mirar, que no se abre la nevera si andan descalzos o que no tomamos el sol sin protección, desde bien pequeños hay que explicarles la importancia de la salud buco dental. Hay que insistir en que los dientes son piezas únicas y exclusivas que nos han de durar toda la vida y por eso hay que cuidarlas cepillándolos siempre después de cada comida. Han de saber que la caries es una bacteria que se alimenta de azúcar creando un ácido que acaba destruyendo, poco a poco, el esmalte, que es el escudo que recubre y protege nuestros dientes. Por lo tanto, hay que plantarle cara cada día con un buen cepillado. Una boca mal cuidada de pequeño puede derivar en pérdida de piezas dentales de mayor y otras complicaciones. La madre de uno de nuestros pacientes, hizo que el Ratoncito Pérez viniera siempre acompañado de un regalo y de una carta en la que le explicaba al niño qué son las caries y porqué debía cepillarse los dientes. Una de ellas se resumía en una frase “No me gustan los dientes con caries” y no hubo regalito.

El esfuerzo tiene recompensa.

En el día a día de cualquier hogar con hijos la negociación es una auténtica rutina. Si te comes esto te doy aquello, si te portas bien … Incluye en tu programa de recompensas, a las cosas que hacen bien, el lavarse los dientes.“Después de comer no hay nada más que hacer hasta que los dientes estén limpios y si no es así no hay Nintendo, ni Play, ni tele, ni juegos” Lourdes no se cansó de repetirle esta frase a su hijo. Ella consiguió que el jugar o cualquier otra actividad empezara tras este hábito. Hay que ser fuertes y constantes, la orden tiene que ser clara, concisa y no hay que entrar en discusión alguna” nos recomienda esta madre. “Los primeros días cuesta, después todo va rodado” asegura.

Estamos aquí para ayudarte.

En cada visita, en cada revisión no nos cansamos de reconocerles si lo hacen bien pero también si lo están haciendo mal. Cuando entran en la Clínica están en otra dimensión, ya no está papá y mamá al rescate, están frente a frente con el profesional y toman conciencia de lo que les decimos. Les explicamos cómo lavarse los dientes y cómo usar el hilo dental. Lo hacemos con muchos de nuestros pacientes, les damos un espejo para que vean paso a paso lo que tienen que hacer.

A parte de enseñarles también les concienciamos hablándoles de lo que es una caries y los efectos que tienen en los dientes. Algunos de nuestros niños se quedan impactados y muy pensativos cuando ven unas fotos de dientes dañados y es que hay veces que una imagen vale más que mil palabras.

Todos estos consejos requieren de mucha paciencia y constancia. Sabemos que cada vez hay que repetirles lo mismo, insistir y comprobar que lo han hecho. No obstante, llegará un día en que lo hagan de forma automática y tendrás el mejor de los premios que un padre pueda recibir: la sana y bonita sonrisa de un hijo.

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